lunes, 26 de agosto de 2013

Todmorden (Inglaterra): un ejemplo de comunidad hacia la autosuficiencia alimentaria sostenible

Muy cerca de Manchester encontramos una pequeña ciudad encantadora que desprende buenas vibraciones por todos sus rincones: Todmorden.

Con un pasado eminentemente industrial, la decadencia de este sector en la zona la había convertido en una ciudad dormitorio, hasta que la iniciativa social puso sobre la mesa la necesidad de sustituir aquellos obsoletos patrones socioeconómicos que aún permanecían latentes en el tejido social de Todmorden por un nuevo modelo que prima la recuperación del bienestar social, la salud y el medio ambiente, sobre la base de los principios de desarrollo comunitario, cooperación, voluntariado y promoción de la producción y comercialización de alimentos en circuitos locales.

Esta revolución "socio-natural" se ha bautizado con el acertado nombre "Incredible edible!" (¡Increíble y comestible!) y está liderada por casi 300 vecinos voluntarios que han plantado todos los rincones de la ciudad con frutales y hortalizas: jardines particulares (algunos vecinos han derruido los muros para posibilitar la accesibilidad de cualquier persona a su jardín) , jardines públicos y rincones sombríos y degradados, antes abandonados. Y lo más interesante de todo: que todos los agentes locales, incluidas las instituciones públicas (desde el Ayuntamiento a las Escuelas Públicas), se han implicado en un proyecto cuyo objeto primordial es el bienestar de la comunidad y del medio ambiente, la promoción de la autosuficiencia alimentaria sostenible, y, por supuesto, conseguir acercarse a la autonomía local poco a poco.

De este modo, los mercados de la ciudad están completamente surtidos de carnes y verduras locales: algunos comercios que  observaban escépticos este proyecto, han caído rendidos a su poder de atracción y todos quieren ser "increíblemente comestibles". Algo tendrá que ver el hecho de que .. Las cajas de hortalizas, colocadas con gran gusto en los escaparates de las tiendas, esperan su recogida por parte de los clientes que, fielmente, adquieren cada semana. Pero no es problema si no eres cliente "habitual" ya que, con una simple llamada de teléfono, tendremos nuestra caja de hortalizas recién llegada de la huerta de manos del propio campesino.


No obstante, siempre tendremos la oportunidad de improvisar y tomar una zanahoria recién cogida mientras paseamos por los jardines de la ciudad: están ahí para eso.

He aquí todo un ejemplo de cómo la excentricidad puede pasar a admiración en tan sólo cinco años, en una trayectoria de concienciación social intensa, cooperación y solidaridad local admirable, aún más en los días que corren.

Seguiremos este proyecto para poder seguir informándoos de las novedades, pero os dejamos su página web para aquellos interesados en conocerlo de primera mano:



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